- ¿Por qué si nunca usamos las páginas amarillas, cuando las ves en el portal te pones contentísimo y, de hecho, piensas en cogerlas todas?
- ¿Por qué cuando nos sonamos los mocos abrimos el pañuelo y miramos lo que hemos echado? ¿Qué esperamos encontrar? ¿Berberechos?
- ¿Por qué cuando nos cuelgan el teléfono nos quedamos mirándolo como si el teléfono tuviera la culpa?
- . ¿Por qué cuando te duele una herida, siempre llega alguien que te pregunta: “¿te duele? eso es que se está curando…” Que me imagino a Jesucristo con los clavos, y la Virgen: ¿te duele? fenomenal!!, en tres días vas a estar como nuevo…
- ¿Por qué en las iglesias ponen pararrayos? ¿No las protege Dios? Un poquito de confianza, ¿no?
- ¿Por qué cuando llegamos a lo alto de una montaña nos ponemos las manos en las caderas?
- ¿Por qué abrimos la boca cada vez que miramos al techo?
- ¿Por qué cuando nos llaman al móvil sentimos la necesidad irrefrenable de ponernos a andar de un lado a otro?
- ¿Por qué cuando estamos en un lugar alto nos obsesionamos con ver nuestra casa? “Mira, mira ahí, al lado del edificio rojo…”
- Por qué cuando alguien se va a poner gotitas en los ojos abre la boca de esa manera tan extraña? ¡Es colirio, no tequila!
- ¿Por qué cuando cogemos una caja de medicamentos, por muchas vueltas que le demos, siempre la abrimos por el lado que no es y aparece el prospecto, ahí, doblado
- ¿Por qué has mirado al techo al leer la pregunta número 7?.
Páginas
▼
Páginas
▼
No hay comentarios:
Publicar un comentario